José Manuel Bermúdez Esparza

Alcalde de Santa Cruz de Tenerife

Saluda Alcalde

Un sentimiento inalterable

Llegadas las fechas de referencia, resulta difícil imaginar la estampa de nuestra ciudad sin su Carnaval, la fiesta por antonomasia del pueblo chicharrero. La celebración que más y mejor ha proyectado el nombre del municipio en todo el mundo. Hoy en día, pocos son los santacruceros que pueden dar fe de un hecho de tales características. Habría que remontarse a los años negros de la Guerra Civil, cuando el conflicto bélico obligó a la suspensión de los festejos, igual que sucede ahora con la pandemia del COVID-19, que ha cambiado nuestros usos y costumbres.

Consciente de lo que supone esta suspensión para cualquier vecino de Santa Cruz, lo mismo que para la economía de muchas familias, la decisión que tuvimos que adoptar hace algunos meses no resultó sencilla. Es más, admito que fue un palo, como ya dije entonces, por más que se imponía la responsabilidad de garantizar la seguridad y la salud de nuestros vecinos. El tiempo nos ha dado la razón y, desgraciadamente, siguen sin darse las condiciones para llevar a cabo una celebración que se sustancia con una presencia masiva en la calle.

Sin embargo, decidimos también que había que mantener encendida la llama de una cita que persiste en el corazón de este pueblo durante los 365 días del año. De un sentimiento que no se apaga ni con el Entierro de la Sardina ni con la Piñata, cuando el carnavalero ya está pensando en la siguiente edición. Dando rienda suelta a esa imaginación que explica el esplendor inigualable de cada convocatoria.    

Por eso, lejos de quedarnos de brazos cruzados, acordamos que había que diseñar una programación alternativa, dentro de las limitaciones que exige el cumplimiento de la normativa que nos hemos impuesto. Así, en contacto con las agrupaciones que dan sentido al Carnaval, decidimos preparar una serie de actos de carácter virtual que ayuden a mantener la proyección exterior de nuestras fiestas –precisamente, bajo el lema “Carnavales del Mundo–, al tiempo que reforzamos el orgullo de sus genuinos protagonistas. 

Con la esperanza de que, más pronto que tarde, terminemos de salir de esta anómala situación, nos emplazamos desde ya a la siguiente edición del Carnaval. Para vivirlo en toda su plenitud, en las calles y plazas de Santa Cruz. Con la alegría, el ingenio, la brillantez y la seguridad de siempre. Las señas de identidad que lo hacen único, para mi, el mejor Carnaval del mundo.

Saluda Alcalde

Un sentimiento inalterable

Llegadas las fechas de referencia, resulta difícil imaginar la estampa de nuestra ciudad sin su Carnaval, la fiesta por antonomasia del pueblo chicharrero. La celebración que más y mejor ha proyectado el nombre del municipio en todo el mundo. Hoy en día, pocos son los santacruceros que pueden dar fe de un hecho de tales características. Habría que remontarse a los años negros de la Guerra Civil, cuando el conflicto bélico obligó a la suspensión de los festejos, igual que sucede ahora con la pandemia del COVID-19, que ha cambiado nuestros usos y costumbres.

Consciente de lo que supone esta suspensión para cualquier vecino de Santa Cruz, lo mismo que para la economía de muchas familias, la decisión que tuvimos que adoptar hace algunos meses no resultó sencilla. Es más, admito que fue un palo, como ya dije entonces, por más que se imponía la responsabilidad de garantizar la seguridad y la salud de nuestros vecinos. El tiempo nos ha dado la razón y, desgraciadamente, siguen sin darse las condiciones para llevar a cabo una celebración que se sustancia con una presencia masiva en la calle.

Sin embargo, decidimos también que había que mantener encendida la llama de una cita que persiste en el corazón de este pueblo durante los 365 días del año. De un sentimiento que no se apaga ni con el Entierro de la Sardina ni con la Piñata, cuando el carnavalero ya está pensando en la siguiente edición. Dando rienda suelta a esa imaginación que explica el esplendor inigualable de cada convocatoria.    

Por eso, lejos de quedarnos de brazos cruzados, acordamos que había que diseñar una programación alternativa, dentro de las limitaciones que exige el cumplimiento de la normativa que nos hemos impuesto. Así, en contacto con las agrupaciones que dan sentido al Carnaval, decidimos preparar una serie de actos de carácter virtual que ayuden a mantener la proyección exterior de nuestras fiestas –precisamente, bajo el lema “Carnavales del Mundo–, al tiempo que reforzamos el orgullo de sus genuinos protagonistas. 

Con la esperanza de que, más pronto que tarde, terminemos de salir de esta anómala situación, nos emplazamos desde ya a la siguiente edición del Carnaval. Para vivirlo en toda su plenitud, en las calles y plazas de Santa Cruz. Con la alegría, el ingenio, la brillantez y la seguridad de siempre. Las señas de identidad que lo hacen único, para mi, el mejor Carnaval del mundo.